Después de trabajar en el sector funerario durante casi 5 años, de repente me encontré al otro lado de la puerta. Tuve que organizar el funeral de mi hijo con mis colegas y jefes.
Somos una familia encantadora, cariñosa y querida (creo que sí).
En nuestra vida, todo nos sonríe.
Hasta el día en que nuestras vidas den un vuelco eterno.
Côme, de 5 meses, murió en casa de su niñera durante la siesta, dejando atrás a una hermana mayor de 5 años, padres, abuelos, tíos, amigos...
Desde entonces, ha sido una batalla diaria para mantener viva la esperanza. Tenemos que mantener la cabeza fuera del agua para ayudar a nuestra hija mayor a encontrar también el gusto por la vida.
Es la tragedia de nuestras vidas, ¡pero me da una fuerza enorme! Un deseo de luchar por mi hijo, de hacerle vivir a través de mí. Muy pronto sentí la necesidad de convertir esta injusta tragedia en una fortaleza
Fue entonces cuando empecé poco a poco a hacer labores de prevención en mi red social Instagram, ¡que ahora tiene más de 30.000 seguidores!
Encuentro apoyo, amor, amistad y corazones rotos como el mío. Hablamos entre nosotros, nos ayudamos lo mejor que podemos, ¡y eso es bueno!
